Conocer los rincones que visitamos por su gastronomía es un placer que nos lleva a viajar con todos los sentidos. La isla de Ibiza se ha convertido ya en el primer destino gastronómico para los españoles, según la popular aplicación de reservas online El Tenedor, y figura en la sexta posición del ranking europeo, demostrando que sus atractivos van mucho más allá que los tradicionales reclamos de sol, playa y ocio y poniendo de relevancia que Ibiza sabe conquistar también por el estómago.
Además de sus conocidos restaurantes y platos típicos, existen numerosos mercados que cada mañana traen los productos más frescos del campo y del mar, en los que se surten los chefs más reconocidos. Enclaves donde turistas y residentes compran también frutas, verduras, embutidos caseros o mermeladas y que se celebran semanalmente en distintos puntos de la isla.
En Ibiza ciudad existen dos mercados: uno antiguo, al pie de la entrada a Dalt Vila, donde se pueden adquirir todavía productos selectos, como tés o sales de la isla, además de delicadas frutas y hortalizas de huertos payeses, y otro, más amplio, en el centro de la ciudad, donde se puede comprar desde pescado fresco, carne, verduras o frutas hasta productos variados como panadería o encurtidos. En Santa Eulària des Riu también es posible comprar productos frescos en el mercado ubicado junto a su estación de autobuses, para descubrir cada mañana lo que el campo y el mar han producido.
Sant Antoni de Portmany también cuenta con dos mercados: uno en el centro de esta localidad, con puestos que venden productos frescos, y otro, el mercado payés, donde únicamente se pueden comprar frutas y verduras de producción local y que es el favorito de muchos residentes. También es posible comprar zumos o ensaladas de frutas que degustar al momento, por lo que una visita a este espacio siempre deja muy buen sabor de boca.
Las cooperativas agrícolas de la isla cuentan también con varios establecimientos donde venden producto local, ubicados en las carreteras de Santa Eulària o de Santa Gertrudis, y abiertos todos los días de la semana durante todo el año. Allí, delicias codiciadas como las sandías, las patatas o los melocotones ibicencos, desaparecen con precios muy competitivos y la mejor calidad.
Por su parte el Mercat de Forada, que se encuentra en este pequeño núcleo urbano y que únicamente se puede visitar los sábados, es también otro de los imprescindibles para los amantes de estos rincones verdes. Allí se pueden adquirir productos ecológicos y locales, además de disfrutar de música en directo o de puestos que venden comida elaborada y bebidas preparadas a base de aloe o de limones de la isla. Además, también suele incorporar actividades para toda la familia. A esta cita se le suma desde junio a octubre el Mercado de Sant Josep de Sa Talaia, con productos ecológicos, locales y de artesanía. En este espacio prevalece el consumo de proximidad, así como la producción artesanal y ecológica proveniente de productores locales. Un mercado que quiere dar a conocer las tradiciones y los valores culturales y naturales de la isla. Todo para conseguir un municipio más sostenible y que fomente actividades que inviten a la desestacionalización del turismo.
¿Nos comemos Ibiza?