Adlib Moda Ibiza nació inspirada en los refajos y en la ropa interior del traje típico ibicenco y pervive hoy en las puntillas que decoran sus vestidos, en sus colores o en sus joyas. Todavía es posible ver a parejas mayores vistiendo el traje típico ibicenco en su día a día, mientras que todas las fiestas locales rinden homenaje al folclore de la isla contando con actuaciones de “ball pagès” en las que bailarines y músicos muestran su destreza ataviados con sus mejores galas, pero ¿de qué se compone el traje típico de Ibiza?
Las mujeres tienen tres atuendos diferentes, uno de fiesta, otro de novia y uno más de trabajo. A lo largo del tiempo, y dependiendo del lugar, estos sufren variaciones que los enriquecen todavía más. El traje de gonella es el más antiguo. Está formado por un refajo y por un jubón de lana negra, acompañados por un delantal largo, bordados de forma artesanal, así como por un mantón de seda y un sombrero de paja. Cuando las mujeres estaban solteras, el número de cintas que colgaban de sus sombreros indicaba el número de pretendientes que tenían.
El traje de fiesta es de color blanco y se compone de diferentes refajos. Hay mujeres que llevaban hasta veinte diferentes, todos ellos con sus detalles, con sus puntillas y con sus particularidades. Además, también incluye un jubón bordado con botones de plata u oro, un delantal y un pañuelo de encaje en la cabeza. Todo esto se combina con un mantón de seda de colores vivos rematado con una joya espectacular llamada emprendada. Este collar está compuesto por diferentes partes que se completan según la riqueza de cada familia. Antiguamente suponía la dote que se daba a las nuevas parejas. Originalmente eran de plata, de coral y de nácar, pero las más modernas son de oro. La emprendada ibicenca tiene varias partes: la central, que cuenta con una joya con una imagen de una virgen o de un santo, a la que acompañan hasta siete semicollares y dos collares de cuentas ovaladas. Los días de fiesta las payesas también lucen los anillos ibicencos, que antiguamente les regalaban los novios a modo de pedida, y que pueden llegar a sumar hasta 24 diferentes con motivos personalizados.
El traje de color es una variación moderna del anterior, confeccionado con telas de colores. El lazo de la cola de la payesa indicaba el estado civil de la misma siendo rosa para las solteras, verde para las prometidas, azul para las casadas y negro para las viudas. Este traje es el más habitual actualmente y las combinaciones de colores son infinitas.
Por último, también está el traje de trabajo, elaborado con telas más sencillas, para poder moverse mejor. Las diferencias básicas son un sombrero blanco, chaleco negro bordado y delantal hasta los pies.
Por otro lado, los hombres lucían los días de fiesta un traje compuesto por pantalón y camisa blancos, un pañuelo alrededor del cuello, chaleco negro con botones de plata y en la cintura un fajín rojo o negro, acompañados por una boina roja o negra o un sombrero de paja. Otro traje, el de invierno, estaba compuesto por un pantalón de estambre negro plisado en la parte superior, ancho en los muslos y estrecho en los tobillos. Mujeres y hombres combinaban estos trajes típicos con alpargatas de esparto.
Estos diseños han evolucionado y pueden variar dependiendo de la zona de los que los lucen, pero ver una fiesta payesa es siempre un despliegue de color garantizado y uno se queda embelesado por su riqueza y alegría.