La vendimia en Ibiza se celebra antes que en el resto del país. Del mismo modo que los cerezos florecen en febrero, en vez de en abril o en mayo como en otros enclaves de la Península, las uvas se muestran en su punto justo de azúcar en agosto para ser recogidas e iniciar así una auténtica fiesta multigeneracional. Las familias se juntan con amigos para recoger esta preciada fruta y elaborar sus propios vinos, comer juntos y disfrutar del campo y de esta tradición centenaria en la isla.
Además de los caldos de cosecha propia, muy codiciados en las diferentes casas, existen cinco bodegas con calificación de origen: Can Maymó y Sa Cova, situadas en Sant Mateu d’Albarca, Ibizkus, ubicada en Santa Eulària des Riu, y Can Rich, en Sant Antoni de Portmany. Precisamente esta última es la única bodega de la isla que produce vinos ecológicos en todas sus variedades: tintos, blancos, rosados y espumosos. Todos ellos elaboran caldos recogidos bajo el sello de calidad “Vino de la Tierra Illes Balears”, una indicación geográfica utilizada para designar los vinos tradicionales de la isla de Ibiza.
La mayoría de estas bodegas disponen de visitas guiadas para conocer sus instalaciones y campos y ofrecen catas de vino a los visitantes más gourmet que buscan conocer Ibiza a través de sus sabores.
Los vinos de Ibiza están elaborados con las variedades tintas: monastrell, tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah, y con las blancas: macabeo, chardonnay, moscatel de Alejandría, moscatel de grano menudo, parellada y malvasía. Unos caldos que se exportan a lugares como Alemania, Italia, Suiza, Países Bajos, Austria e incluso Japón, donde valoran de una forma especial los espumosos.
Según auguran los productores, este año la cosecha bajará un 30 por ciento, pero los expertos presagian un resultado excepcional. Debido al clima, la cantidad de uva recogida estos meses bajará, pero será de mejor calidad. La primavera ibicenca ha sido particularmente fría, por lo que las uvas van a tener un sabor especial. Debido a que la fruta de este 2019 es pequeña, habrá menos cantidad de mosto, pero con más pieles, lo que enriquecerá los caldos que se elaboren con unos taninos y con unos sabores especiales.
La combinación de clima seco, de sal y de sol ofrece como resultado vinos con personalidad robusta, que recogen la esencia mediterránea y que se pueden degustar en muchos establecimientos.
El origen de la producción de vino en las Islas Pitiusas data del siglo VII antes de Cristo, coincidiendo con la llegada de los fenicios, y desde entonces se ha convertido en una tradición que muchas casas conservan elaborándolo de forma artesanal y para consumo propio.
Aunque la vendimia, o recogida de la uva, se celebre entre agosto y septiembre, la gran fiesta del vino de la isla tiene lugar en el mes de diciembre, en la localidad de Sant Mateu d’Albarca, donde todos los productores ya sean pequeños o grandes, pueden presentar sus caldos en un certamen popular donde el vencedor es aclamado por los asistentes y se hace con el título del mejor alquimista de esta bebida de la isla. Una cita imprescindible para conocer otra cara de Ibiza.