Nuestro personaje del mes, Joan Roig “Barbé”, nació en Ibiza en 1984 y se inició en el mundo de la música a los seis años, ingresando en la escuela del Patronato Municipal de Música de Ibiza, donde realizó cursos de solfeo y de armonía. Desde los 9 años participó como percusionista de la Banda Sinfónica Ciutat d’Eivissa, de la Orquestra Simfònica Ciutat d’Eivissa y del grupo de cámara dirigido por Adolfo Villalonga Eivissa Ensemble 2000. Una trayectoria que le ha hecho merecedor del calificativo de “el niño prodigio de la música ibicenca”. El ahora productor, compositor, arreglista y multi-instrumentista, ya que toca la guitarra, el bajo y la batería, comenzó a dar vida a dichos instrumentos de forma autodidacta con varios artistas locales, siendo un rostro reconocible en distintas bandas de la isla o foráneas desde los 13 años. Sus guitarras han acompañado a multitud de artistas locales, pero también a nombres conocidos como Kim Mazelle, Eddie C., Amar Sundy (BB King), Ángel Rubio (Black Market), Gaby Jogeix, Los Reyes del KO, Nalaya Brown, Mico Weavers (Prince), Norberto Rodríguez (Juan Perro) o Jordi Clua (Serrat), entre otros.
“La gente que me llama el niño prodigio de la música ibicenca es porque o me quiere mucho o no sabe mucho de música”, afirma riendo un músico que es a su vez hijo, sobrino y nieto de verdaderos melómanos. A pesar de eso Joan nos devela que su amor por la música “es inexplicable”. En su casa siempre hubo música, “mis abuelos tocaban el acordeón, mi padre lleva toda la vida tocando el teclado y mi tío, Toniet Barbé, tocaba varios instrumentos y tenía un pequeño estudio de grabación, pero todos lo hacían como un hobby”. “Lo mío realmente es pasión, puesto que, de otro modo, no hubiera hecho ni la mitad de cosas que he hecho” señala.
“Mi tío Toniet Barbé tenía un estudio de grabación y tuvo mucha conexión con los grandes músicos de su época. Me encantaba ir a su casa y estar un fin de semana entero jugando en ese estudio. Me dejaba hacer lo que quisiera y para mí era como un parque de atracciones: me pasaba horas tocando y divirtiéndome con la batería, con sus guitarras, teclados, micrófonos y mesas de mezclas. Ahí vislumbré que me gustaría hacer música”, resume entre tímido y apasionado. Barbé habla con fervor de su familia, a la que está muy agradecido porque ellos, afirma, “son los verdaderos responsables de que ese pequeño de seis años descubriera el artista que llevaba dentro y lo despertaran, de hecho, mis padres fueron los que me dijeron: ve a por ello y hazlo lo mejor que sepas”.
Joan Barbé se describe como un chico sencillo, familiar y humilde que habla del talento como algo que llevamos todos dentro, “creo que el talento sale de cada uno de nosotros, todos lo tenemos, lo difícil es canalizarlo y encontrar en qué enfocarlo”. “Hay mucha gente que tiene un talento especial en muchas cosas y no tiene la suerte de trabajar en él, yo he tenido la gran suerte de dedicarme y de vivir de lo que más me gusta y soy muy consciente de que eso me convierte en un privilegiado”, sentencia.
Batería, guitarrista, vocalista, productor, compositor… cuando abordamos las múltiples facetas que esconde, él nos responde con el dicho “el que mucho abarca, poco aprieta, y ese soy yo”. Una frase hecha que poco se corresponde con un artista que con tan solo 12 años ya tenía su propio grupo de música, con el que tocaba en orquestas, y que con 15 iba a festivales de Jazz.
Un joven autodidacta, que ha “tenido la suerte” de dedicarse profesionalmente a muchos instrumentos como la batería, el bajo, el teclado o la guitarra, pero que también se ha visto “obligado y encantado” a aprender de otras sonoridades como “el ukelele, el acordeón o la mandolina”. Si tuviera que elegir confiesa que es un “doble amante de su guitarra y de su fiel batería con la que empezó a tocar”.
Con el tiempo, y sin separarse de su arte como músico, ha descubierto también una nueva perspectiva en el mundo de la música con la que se siente muy a gusto “me he dado cuenta de que me encanta ver la música desde fuera y de manera global.” Así, confiesa, “me apasiona la producción musical ya que es la tarea que más completa y reúne todo lo que me gusta de la música”. “Poder coger un álbum, un artista o una canción y verlo desde el espectro más amplio de la música es lo que más me llena”, continúa.
Cuando le preguntamos por su canción favorita, se emociona y no duda en desvelarnos que es Ànim, “una canción que compusimos para Projecte Mut, David Serra y yo, especialmente para el festival Festi Bosc, que organizamos con la ayuda de mucha gente”. La canción estaba dedicada a los incendios de Morna en el año 2011 “y justo un día antes del festival, murió mi tío Toniet”. “Me acuerdo perfectamente de aquel momento, tocando esa canción en el festival, fue el más duro y el más emotivo a la vez que he vivido sobre un escenario”, evoca.
Joan Barbé es, además, un enamorado de las letras y de las tradiciones ibicencas, algo que sorprende a su público cuando sale de gira fuera de la isla: “la gente me pregunta si toco electrónica o house y es complejo luchar contra estereotipos tan arraigados”. “Quizás debemos ser nosotros quienes demostremos que hay otra música en la isla cada vez de más calidad, fuera de la noche y de la fiesta, y que formamos también parte de su cultura”, asevera.
Joan Barbé ha formado y forma parte de las bandas más icónicas de Ibiza como Statuas de Sal, Ressonadors, Projecte Mut, Canallas del Guateke o Joven Dolores. “Todas las formaciones en las que he estado o estoy, tienen una pequeña parte de mí y de mis compañeros y, de la misma forma, en mí habita una parte de cada una de ellas”, resume. “Statuas de Sal fue el primer grupo serio en el que tuve la ocasión de estar, un orgullo, ya que yo mismo era un fan más, y en el que pude desarrollar mi carrera durante muchos años”, rememora. En Statuas de Sal Joan Barbé conoció a Omar Gisbert, con quien montó su propia productora, Magrana Estudios, y con quien dio forma a Ressonnadors. “Allí también conocí a David Serra, quien me propuso montar Projecte Mut y con quien estoy ahora rodando y tocando con Joven Dolores, por lo que con apenas 18 años mi historia actual se empezó a escribir con ellos”, afirma. “Hay muchos nombres propios, como por ejemplo Iván Doménech, quien apostó por mí desde el principio, y con quien sigo tocando con Canallas del Guateke, un grupo de amigos que nos juntamos para tocar y para pasarlo bien sin ninguna otra pretensión, algo que creo que es muy sano”, concreta.
Cuando le preguntamos por Ibiza, la nombra con orgullo y destaca que “nuestra isla tiene una proyección bestial y mundial. Nosotros vamos orgullosos por el mundo llevando el nombre de Ibiza, pero también sentimos la responsabilidad de que Ibiza pueda decir que lleva nuestro nombre. Creo que debemos “picar piedra” cada día entre todos: músicos, políticos o empresarios, para mantener el nombre de Ibiza día a día y para preservarlo con todo lo que conlleva”, concluye.
Nos despedimos con un consejo de los suyos y es que “el mejor concierto siempre está por venir” y con esta canción, con la que ilustramos este vídeo: “Tocarte”, de su última aventura, Joven Dolores.