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Macarrons de Sant Joan de Labritja

En el mundo hay debates acalorados, y el del origen de la pasta es uno de ellos. Parece aceptada la teoría…

En el mundo hay debates acalorados, y el del origen de la pasta es uno de ellos. Parece aceptada la teoría de que Marco Polo importó esta receta del lejano oriente convirtiéndose, automáticamente, en el plato insignia de la gastronomía del país europeo. Hay quien defiende que lo que importó el navegante poco se parece a la pasta tal como la conocemos hoy. Sin duda un debate que da para horas.

Donde no cabe debate alguno es en que los macarrons de Sant Joan son ibicencos.

Para quien no conozca esta receta, y quien imagine en ella un plato de pasta al uso, debemos decir que no. Los macarrons de Sant Joan son, sorprendentemente un postre. Y esto ya descoloca a muchos. Además, pese a su nombre, no se hacen con macarrones -los penne italianos-  sino que se hacen con pasta mafalda corta o burballa rizada que se hierve con agua, aceite y sal y, a continuación, se vuelve a hervir en leche infusionada con canela, piel de naranja, piel de limón y azúcar.

Como buen postre de verano se sirve reposado y frío y espolvoreado con canela y, según algunos recetarios, queso rallado.

Como el flaó, la greixonera o las orelletas, es difícil encontrar en la geografía española otro postre igual que este, que a muchos recuerda al arroz con leche, aunque su textura es diferente (al no tener el almidón del arroz) y su tacto nada tiene que ver, ya que la forma rizada de la pasta hace que pese a los múltiples hervidos y ésta permanezca suelta.

Es un postre indicado para poner el broche de oro a cualquier comida en los calurosos mediodías del mes de junio, de cuando es típica esta receta, que podréis encontrar en numerosos restaurantes de la isla, sobre todo, en aquellos con distinción de Eivissa Sabors, que acredita a los que utilizan producto de proximidad en sus cocinas.

Y es que en este blog de Ibiza.travel no nos cansaremos de recomendaros que, aunque la gastronomía de la isla es sorprendentemente buena, en cada vianda os dejéis un huequecito para probar alguno de los muchos postres con los que Ibiza os seducirá, también por el paladar.