Con el final del verano llega también la época de recogida y almacenamiento de la algarroba, un fruto ligado al Mediterráneo y que forma parte de la propia cultura y tradición y del entorno autóctono de la isla de Ibiza.
En el caso de Ibiza, además, es importante destacar que después de unos años en los que la algarroba era usada básicamente como alimento para animales, en la actualidad este cultivo se está recuperando y sigue creciendo, gracias al impulso que se ha dado al uso culinario de este singular producto. Es así como la algarroba ha pasado de ser un fruto denostado y ligado a pasadas épocas de hambruna y supervivencia, a ser protagonista de muchos platos salados y postres llegando a ser considerado un ‘superalimento’ por sus múltiples propiedades. No en vano, las algarrobas son conocidas por sus múltiples propiedades antibacterianas, antiparasitarias y nutricionales. La pulpa de este fruto tiene un alto contenido en fibra y es rico también en sustancias antioxidantes, por lo que sus beneficios son innegables.
Por ello, cada vez surgen nuevas recetas, nuevos usos hacen que este cultivo sea cada vez más rentable debido a que el número de consumidores sigue creciendo. No olvidemos que España es el primer país productor y exportador mundial de algarroba, y en las Illes Balears, la cosecha anual de algarroba representa alrededor del 20% de la producción nacional.
Desde el sector primario insular se está trabajando en la consolidación y mejora del cultivo y explotación de la algarroba, impulsando e incrementando la producción, la comercialización y la distribución del producto local, del producto de la tierra, como elemento de calidad que nos distingue, nos diferencia y nos da valor como isla.
Este es el objetivo, porque cuidando y trabajando el campo, creando sinergias que permitan al turismo mirar hacia el interior, poniendo en valor la calidad del producto y reconociendo los cultivos autóctonos, se crea una oportunidad única de ofrecer a nuestros visitantes calidad y compromiso con la tierra. Pequeños pasos que permiten avanzar de manera segura hacia la recuperación de la agricultura y de producciones que, como la algarroba, suponen un importante potencial para la economía insular.
Harinas, chocolates, batidos, galletas, suplementos alimenticios…infinidad de nuevos productos culinarios ecológicos y sanos cuya base es la algarroba, el fruto que se ha convertido en el autentico oro negro de Ibiza. Un sabor único que gana adeptos entre los paladares más exigentes por su originalidad y calidad.