Se ha criado entre fogones y aunque muchos lo llaman Alfredo, por el nombre de su restaurante, Juan Riera, o “Juanito de Ca n’Alfredo” para los amigos, es hijo de empresarios hosteleros y de una gran cocinera. Se enamoró de la mejor chef que conoce, su mujer, con quien ha llevado a Ca n’Alfredo hasta la cima de los restaurantes de Ibiza.
Presidente de PIMEEF Restauración, miembro de la Real Academia Gastronómica de Ibiza y Formentera y campeón mundial del “pa amb oli”, su sonrisa saluda cada día a quienes atraviesan la céntrica plaza de Vara de Rey donde da vida a los mejores platos del imaginario de la isla.
Nos sentamos a charlar con “Juanito”, un hombre sencillo que asegura que en su mesa no pueden faltar ni un vino payés, ni ‘pan de xeixa’ o una buena ‘xereca’ ibicenca, pero que sin lo que realmente no podría vivir es sin ‘sobrasada’. Empieza la entrevista contándonos cómo de adolescente soñaba con ser futbolista y que nunca se hubiese imaginado siendo el “delantero” de Ca n’Alfredo y jugando “partidos completos” cada día en su propio restaurante, atendiendo y recibiendo a comensales de la talla del seleccionador nacional, Luis Suárez, entre muchos otros jugadores de élite, quienes han tenido el honor de comer en su casa y de probar sus platos.
Juanito destaca la historia de su restaurante, inaugurado por su padre en 1941: “yo nací justo en el 42, así que, como os podéis imaginar, me he criado entre estas cuatro paredes y he tenido una infancia muy diferente al resto”. “Mis padres empezaron levantando este negocio con las recetas de mi madre, ella era una mujer autodidacta y muy buena cocinera en su casa”, nos avanza Juan, quien asegura que con los años se terminó casando con una mujer “que cocinaba maravillas y gracias a la cuál continuamos mostrando la auténtica cocina ibicenca y sellando nuestra marca de cocina tradicional o ‘cocina de la abuela’ como nos gusta llamarla a nosotros”.
En esta línea, le preguntamos qué tiene “Juanito de Ca n’Alfredo” para haberse convertido en una institución en la isla y nos responde que “a pesar de no haberme gustado nunca la restauración, mi padre me enseñó a ser honesto y competitivo; unos valores únicos que me hicieron apostar por este negocio familiar y que me han convertido en un relaciones públicas, algo que jamás hubiese imaginado”, subraya. Mientras lo entrevistamos conocidos y amigos que pasean por delante de su terraza no pueden evitar saludarlo, y nos explica que “la mayoría de nuestros clientes preguntan siempre dónde está “Juanito”, por lo que me gusta estar por aquí”.
Ca n’Alfredo es un restaurante con solera que ha recibido a grandes personalidades políticas, a reconocidos actores y actrices nacionales e internacionales e incluso a reyes, aunque ante la pregunta de quién le queda por sentar en su mesa Juanito no duda en decir que el tenista mallorquín Rafa Nadal. “Creo que es un deportista sano, una persona humilde, que nunca da nada por perdido y al que respeto mucho”, afirma sentenciando que “me gusta que venga gente que sabe hacer las cosas bien”.
Aprovechamos para hablar de las nuevas tendencias en cuanto al producto y a las técnicas gastronómicas que han aterrizado en la isla en los últimos años y Juan Riera recalca que “tengo grandes amigos como Ferran Adrià, Albert Adrià o los Hermanos Torres, entre otros, que han elevado a la categoría de arte este tipo de cocina y me parece que es un gran incentivo que Ibiza cuenta con restaurantes encabezados por estos grandes artistas, lo que no me gustaría es que viniesen imitadores, que no tengan cabeza y que quieran aprovecharse y hacer dinero”. Además, “Juanito” cuenta que “si algo me satisface personalmente es haber luchado por mantener las raíces de la cocina ibicenca, de hecho, si me dijeran que hiciese cocina vanguardista o moderna, no sabría, yo soy de otra escuela, la que comparto con grandes amigos míos como Juan Mari Arzak”.
Juan Riera mira las paredes de Ca n’Alfredo, repletas de fotografías con rostros conocidos y de premios que ha cosechado a lo largo de su carrera y nos despide con un deseo: “me encantaría que nos dejásemos de egos y de envidias y que todos los que amamos la cocina y el producto ibicenco nos uniéramos e hiciéramos un gran evento, en el que cada uno hiciera lo que se le diera mejor y ensalzáramos así la cocina ibicenca y todos sus ingredientes”. Nos lo apuntamos.