La crisis sanitaria de la COVID-19 marcará un antes y un después en nuestra forma de concebir el ocio. Respetar la distancia de seguridad para poder disfrutar de un día de playa y descubrir los efectos positivos de huir de las masificaciones se está convirtiendo esta temporada en un mantra que se repite en las principales costas de Ibiza.
Algunas playas de la isla, como Platges de Comte y Cala Bassa en Sant Josep de sa Talaia, Cala Salada o Cala Saladeta en Sant Antoni de Portmany, Benirràs en Sant Joan de Labritja o Cala Boix en Santa Eulària des Riu, se cierran y abren temporalmente algunos días de mayor afluencia dependiendo del número de personas que accedan a las mismas, gracias al control de sus policías locales.
La solución, cuando alguno de estos destinos se corta al tráfico, es escoger otro igual de maravilloso pero con menos gente.
Otra opción es elegir algunas de las playas más grandes de la isla que por su amplitud permiten que el espacio entre los bañistas sea siempre el óptimo, como Ses Salines, Es Cavallet, Platja d’en Bossa o Talamanca.
La fama que precede a las playas de Ibiza es internacional por su belleza y entorno, pero también se suman los diferentes distintivos de calidad con los que cuentan. No en vano la isla tiene en su haber este 2020 un total de 8 Banderas Azules repartidas en los municipios de Sant Joan de Labritja, (Arenal Gran Portinatx, Benirràs y Cala San Vicent) y de Santa Eulária des Riu (Cala Llenya, Cala Llonga, Es Canar y Es Figueral), que mantienen el compromiso con la calidad y sostenibilidad en sus playas.
En el caso de Sant Antoni de Portmany este año se han renovado las certificaciones de calidad ambiental EMAS e ISO 14.001 para todas sus playas y se ha obtenido el certificado de accesibilidad universal en las playas de Cala Salada, Cala Gració y Caló des Moro.
Otra de las novedades que podemos encontrarnos en las playas de Ibiza esta temporada es el incremento de playas sin humos. Hasta 2019 existían dos en la isla, las correspondientes a Talamanca, en Ibiza, y la ubicada cerca del Paseo Marítimo de Santa Eulària des Riu, a las que este año se ha incorporado la mágica Cala d’Hort, en Sant Josep de sa Talaia. Una apuesta firme contra un hábito que no solamente es perjudicial para la salud sino también para los ecosistemas terrestres y marinos.
La pretensión del Consell d´Eivissa es convertirse en un destino seguro más allá de la actual situación sanitaria y ser pionero en la implantación del proyecto “Ibiza. Destino Turístico Inteligente” que se pondrá en marcha en 2021. Una iniciativa que monitorizará la ocupación de 34 playas y de 8 aparcamientos y que tendrá sistemas de detección de incendios y de control de calidad del aire y del agua.
La pretensión es que Ibiza continúe siendo un destino mundial en el que la seguridad, el ocio y los servicios se den la mano para seguir conquistando a millones de turistas cada año.