Si hay algo por lo que es reconocida Ibiza es por su gastronomía, una deliciosa cocina basada en los productos de temporada, productos de cercanía y de un intenso sabor que la dotan de un carácter único.
Ya sea en invierno, en verano o en entretiempo, la cocina ibicenca aporta al comensal un amplio abanico de posibilidades para disfrutar con platos en los que los productos de la despensa ibicenca destacan y enamoran a todos los paladares: la carne de calidad, como el cerdo, el cordero o el pollo payés; pescados y mariscos, como la gamba roja ibicenca o el calamar; las verduras frescas, las frutas, los huevos…
Y el origen de mucha de esta excelencia se encuentra en la tierra roja ibicenca, una tierra de alta concentración de hierro y sulfatos (lo que le aporta su característico color rojizo) muy permeable, perfecta para el cultivo todo el año ya que su capacidad para retener agua le permite producir aún en tiempos de pocas lluvias.
La fecundidad de la tierra ibicenca se deja ver especialmente en la primavera y el verano, cuando los campos cultivados dejan atrás el letargo del invierno y se preparan para aportar algunos de sus productos estrella como son las sandías ibicencas, el meló ‘eriçó’, la patata ibicenca, los pimientos rojos, las berenjenas… Un paseo por algunas de las zonas que concentran mayores extensiones de cultivos, como son Santa Gertrudis, Sant Mateu y Santa Agnès, permiten observar la belleza de un campo preparado para ofrecer deliciosos frutos que, aparte de ser la base de platos que pueden degustarse en los restaurantes de la isla que apuestan por el producto local, pueden ser adquiridos por el público en general en los mercados agrícolas como es el mercado de producto local y ecológico de Forada, que se celebra cada sábado entre las 10 y las 16 horas, un lugar de ambiente relajado y en el que poder disfrutar de actividades complementarias como talleres infantiles. También cada viernes al lado de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, de 9 a 14 horas, tiene lugar el mercado de producto local agrícola y de Km 0, donde también se pueden adquirir productos elaborados como pan artesano o ‘flaó’ (un postre típico con queso fresco y hierbabuena).
Ibiza se convierte así en un destino donde disfrutar de una gastronomía que seduce por su intenso sabor y cuidada elaboración, donde desde la plantación, la siembra, recogida y elaboración del producto se deja sentir el cuidado y el amor con el que los productores trabajan la materia prima de la cocina ibicenca.