En una tierra donde abundan las montañas de pino verde y perenne destaca imponente la silueta de Sa Talaia, el punto más alto y emblemático de la isla al que se puede acceder cómodamente con un coche o disfrutar de las posibilidades que ofrecen las diferentes rutas de senderismo o de bicicleta de montaña diseñadas para disfrutar de todo el recorrido hasta la cima. Todas estas propuestas permiten recorrer y descubrir los detalles y los valores de uno de los entornos más emblemáticos de la isla, Sa Talaia, el punto más alto de la isla (475 metros sobre el nivel del mar), y desde donde se pueden disfrutar de maravillosas e impactantes vistas de gran parte de la isla, de la vecina Formentera e incluso, en los días más claros, se puede divisar la silueta de costa valenciana.
Y es que una de las características de Ibiza es su clima mediterráneo con temperaturas suaves y más de 300 días de sol al año, que la convierten en el escenario propicio para practicar todo tipo de deportes al aire libre o realizar rutas y paseos a pie que permiten conocer la isla desde un punto de vista diferente y no menos sorprendente. Así, el ascenso a la cima ibicenca se puede realizar surcando alguna de las rutas señalizadas de manera específica para bicicleta de montaña y que incluyen tramos de diversa dificultad que discurren por frondosos bosques de pino y descensos vertiginosos hasta agrestes calas y acantilados.
Pero, además de la bicicleta, el paseo a pie es otra de las posibilidades recomendada para personas que buscan disfrutar tranquilamente del recorrido por senderos tranquilos y de poca dificultad física y escaso desnivel. Para realizar esta excursión se recomienda, eso sí, llevar ropa deportiva, calzado cómodo y agua.
Una de las rutas más sencillas comienza en la plaza del Ayuntamiento de Sa Talaia, municipio donde se ubica la montaña y que cuenta con diferentes propuestas para conocer el entorno de manera activa. El camino pasa junto a la iglesia del pueblo y por delante de Can Jeroni, un renovado espacio cultural que de manera periódica ofrece exposiciones, proyecciones y todo tipo de eventos culturales. La salida del pueblo se convierte en un sendero rústico rodeado de vegetación a ambos lados y que ofrece la posibilidad de disfrutar a lo largo de su recorrido del paisaje rural más típico de la isla: casas de campo autóctonas y blancas que aparecen rodeadas de paredes de piedra seca delimitando bancales y bosques de pino.
A medida que nos acercamos a la cumbre se suceden impresionantes imágenes compuestas por las vistas que ofrece esta privilegiada atalaya: desde buena parte de la isla de Ibiza, la costa del municipio desde la Reserva Natural de Ses Salines y los islotes de Poniente, Cala Jondal, la bahía de Porroig, Cala Bassa, Platges de Comte y la bahía de Portmany y Es Cap Nonó acompañados al atardecer de una impresionante puesta de sol que merece la pena disfrutar desde las alturas.