El 4 de diciembre de 1999 se certificaba la entrada de Ibiza en la exclusiva lista mundial de destinos reconocidos como Patrimonio de la Humanidad. Una fecha histórica que supuso el impulso definitivo en un largo de proceso de recuperación y puesta en valor de un patrimonio histórico y una diversidad natural única en el mundo, que este año cumple 25 años.
La isla de Ibiza cuenta con cuatro elementos que son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1999. La acrópolis de Dalt Vila, un entresijo de calles empedradas por el que han pasado diversas culturas como la colonización de los fenicios, el mundo púnico, el periodo romano y el islámico y en sus muros se puede admirar la historia y la herencia de las diversas civilizaciones que han pasado por esta ciudad amurallada.
Otro de los elementos Patrimonio de la Humanidad es la Necrópolis de Puig des Molins, el cementerio de la antigua Ibiza que es el mejor conservado del Mediterráneo con más de 3.000 tumbas excavadas, que destaca por su amplia extensión y por su estado de preservación. En este enclave se encuentra además el Museo Arqueológico de Puig des Molins, donde se preservan algunos de los más valiosos restos fenicios, púnicos y también el panteón de los dioses Tanit, Baal Hammon y Eshmun.
También originario de los fenicios es el primer asentamiento de la isla, ubicado en Sa Caleta y que también es Patrimonio de la Humanidad. Este yacimiento ha sido el descubrimiento más importante de arqueología en las Pitiusas de los últimos 25 años, siendo la única muestra de análisis para la fase más antigua de la colonización fenicia de Ibiza. Este asentamiento ocupa unas cuatro hectáreas, aunque se sabe que llegó a tener más de seis. En 2024 se abrirá un Centro de Interpretación y se podrán visitar, además de los restos del barrio sur, restos de otros barrios recientemente desenterrados.
Por último, en biodiversidad, se declaró Patrimonio de la Humanidad a las praderas de Posidonia Oceánica, endémicas del Mediterráneo. Estas plantas tienen un papel fundamental en la conservación de las playas y protección de las dunas, además de contribuir a mantener las aguas limpias y transparentes y en estas praderas residen multitud de peces y seres invertebrados. Su existencia es imprescindible para el equilibrio ecológico del medio marino ya que forman arrecifes paralelos a la costa, de unos dos metros de altura, que suponen una barrera natural que atenúa la acción del oleaje. La posidonia oceánica es el tesoro natural más importante de Ibiza.
Este 2024 la isla estará repleta de actividades y una gran multitud de actos culturales para celebrar este aniversario en el que Ibiza cumple 25 años como destino Patrimonio de la Humanidad.