La filosofía de vida del pueblo ibicenco, que se basa en el lema “vive y deja vivir”, se fundió hace décadas con las necesidades de los hippies, de artistas de todo el planeta y también con la sensibilidad LGTB, que no encontraba en ningún otro lugar del viejo continente el ambiente propicio para vivir con libertad. Ibiza fue pionera en dejar espacio libre a las emociones.
Mentes abiertas y difíciles de etiquetar encontraron en Ibiza respeto y belleza sin límites, por eso es el lugar donde el público LGTBI se siente en casa. El entorno de la Calle de la Virgen, cerca del puerto, ya era el epicentro de la vanguardia y las últimas tendencias LGTBI medio siglo antes de que las grandes capitales europeas vieran nacer los barrios gays que ahora reúnen las propuestas más cosmopolitas de cada ciudad. Pero Ibiza continúa siendo un referente universal porque la atmósfera gay-friendly no se reduce a dos calles concretas o a un barrio, sino que realmente constituye un espíritu que recorre toda la isla e identifica a una sociedad amable, receptiva y sin complejos.
El destino LGTBI más famoso del mundo.