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Pedaleando entre flamencos

Cuando cae el sol, las aguas saladas del Parque Natural de Ses Salines se tiñen de oro y los flamencos se posan sobre ellas. Una bella estampa para retratar durante un agradable paseo en bici.

La isla de Ibiza es conocida en todo el mundo por sus espectaculares puestas de sol. Aunque los ocasos más fotografiados por los turistas son los de la bahía de Portmany, la zona de Ses Salines ofrece también unas vistas increíbles, además en un entorno inigualable, el Parque Natural de Ses Salines.

Iglesia de Sant Francesc de Ses Salines
Estatua de El Salinero
Atardecer sobre el Parque
Atardecer sobre el Parque
Atardecer sobre el Parque
Vistas a Cala Codolar
Muelle para la carga de sal en Sa Canal
Montaña de sal en Sa Canal
Flamencos en los estanques

Al ser una zona completamente plana es muy recomendable una ruta en bici por el parque al atardecer. Desde Ibiza ciudad podemos tomar la autovía en dirección al Aeropuerto y salir por el desvío de Ses Salines. La primera parada es Sant Francesc de S’Estany, un diminuto pueblo formado por una preciosa iglesia encalada del siglo XVIII, dos bares con terrazas muy recomendables y escasas casas. Detrás de la iglesia se encuentra el famoso monumento del Salinero, un homenaje a todos los trabajadores que se dedicaban a la milenaria industria de la sal. Desde aquí se puede disfrutar de una bonita panorámica de la laguna de sal, con la salinera al fondo.

Esta zona fue declarada Reserva Natural en 1995 y Parque Natural en 2001. Además, es un ecosistema de gran riqueza ornitológica como Zona de Especial Protección para las Aves. De las 210 especies catalogadas destacan las cigüeñas, el tarro blanco y los flamencos, que habitan los humedales durante todo el año.

La ruta prosigue en dirección a Cap des Falcó. Situado cerca de Cala Codolar, esta zona ofrece una magnífica oportunidad para los atardeceres tranquilos. Al final de la playa de Ses Salines se encuentran las instalaciones de la salinera. Ibiza era conocida antiguamente como la isla de la sal. Hoy la extracción se sigue realizando mediante métodos tradicionales, como dan fe las gigantescas maquinarias que acumulan las montañas blancas que motean el paisaje. En el pueblo de La Canal, donde aún perduran las casas de estilo colonial, se puede contemplar todo este engranaje mecánico que permite cargar la sal en los barcos, y también se pueden ver diferentes tramos de las vías de lo que fue el único tren de la isla, uno de los principales avances de la industria salinera.

En esta ruta también se puede visitar distintas torres de defensa, como la Torre de Ses Portes. Si llegamos hasta el Puig del Corb Marí podremos divisar una panorámica completa de Ses Salines, el paso marítimo de Es Freus y la isla de S’Espalmador, cerca de Formentera.