Desde la playa, sobre las rocas, un mirador o un chiringuito frente al mar. Son multitud los lugares desde donde se puede disfrutar de una puesta de sol y cada uno de ellos es un escenario único e irrepetible para admirar la belleza del ocaso ibicenco. Una buena opción es contemplar un atardecer desde el mar.
Uno de los mejores lugares para observar con plenitud la puesta de sol es la costa de Sant Antoni de Portmany. En el puerto de esta localidad se puede embarcar en un catamarán para poner rumbo hacia el norte, uno de los parajes más vírgenes de la isla. Desde el mar se puede descubrir la belleza de la bahía de Ses Variades y Cala Gració y llegar hasta Cap Negret y Punta Galera. Si se continua navegando, se pasa por Cala Saladeta, Sa Foradada y Cap Nonó. Más al norte se llega a Ses Fontanelles, donde se encuentra la Cova des Vi, con interesantes pinturas rupestres.
En Punta Roja en épocas de lluvia se suelen divisar finos regueros de una cascada de agua dulce que brota de la roca. Desde allí se alcanza a ver el islote de Ses Margalides, un buen lugar para disfrutar del atardecer en silencio. El sol empieza a caer y el agua se tiñe con tonos anaranjados. Toca dejarse llevar por el compás del sol, que se apodera del mar.