A mediados de otoño, con la llegada del primer frío, los ibicencos se reúnen con amigos, familiares y vecinos para celebrar las tradicionales matanzas del cerdo. Más allá de su vertiente gastronómica, las matanzas suponen un evento social y festivo que se celebra desde tiempos remotos. Si se tiene la oportunidad de asistir a una de estas fiestas, se podrán degustar los deliciosos productos de las matanzas, como el arroz de matanzas, la «frita» de matanzas, la butifarra y la sobrasada.
El cerdo, que se suele cebar durante todo el año, es el protagonista de la fiesta. Se suelen aprovechar todas las partes mediante un elaborado proceso que dura varias horas. Antiguamente la sobrasada, la butifarra y los huesos del cerdo proporcionaban alimento a la familia durante todo el año; hoy en día durarán apenas algunos días.
Con el resto de la carne se prepara el arroz de matanzas, con ‘pebrassos’[1], azafrán y picada; la «frita» de matanzas, con solomillo, lomo, costilla, pimientos, patatas y ajo; y el «bullit»[2] de huesos con col. Estos platos se comían en grupo el mismo día de la matanza como señal de agradecimiento a los que ayudaban en estas tareas. Para regar este manjar, nada mejor que un buen vino payés bebido con porrón y unos buñuelos, que nunca pueden faltar en las mesas ibicencas. Bon profit! (¡Buen provecho!).
[1] Setas típicas de Ibiza.
[2] Plato que se cocina hervido.