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Una joya bajo tierra

La zona de Puig des Molins, en la ciudad de Ibiza, alberga la necrópolis púnica de mayor tamaño de Europa que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. El renovado museo ofrece un recorrido por el pasado funerario en la Antigüedad.

Con unas playas paradisíacas, un mar de ensueño y paisajes irrepetibles pocos pueden imaginar que la isla de Ibiza también esconde valiosos tesoros bajo tierra. Enterradas entre las ruinas de su pasado emergen joyas como la Necrópolis de Puig des Molins.

Museo de la Necrópolis de Puig des Molins
Amuletos
Bustos de Tanit
Piezas de terracota
Monedas funerarias
Figuras de terracota
Hipogeos
Hipogeos
Hipogeos
Entrada de un hipogeo
Interior del hipogeo de la Mula
Tumbas excavadas

Esta cima, situada a unos 500 metros a poniente del Puig de Vila, fue el cementerio de la antigua ciudad de Ibiza, construido en el siglo VII a.C. por los fenicios. Ocupaba cerca de 10.000 m2 de extensión en la parte baja de la ladera. Como consecuencia del crecimiento de la ciudad, en la época púnica (finales del siglo VI a.C. a finales del siglo I a.C.) el cementerio se amplió hasta ocupar 5 hectáreas. En la etapa romana (siglo I-V a.C.) se extendió hacia el noreste y siguió en funcionamiento hasta el siglo XIII de nuestra era. Nada más ni nada menos que dos milenios que dieron lugar a las más variopintas variedades funerarias: cremaciones, inhumaciones, hipogeos, fosas y hasta entierros infantiles en ánforas.

Para conocer todo este rico y curioso pasado el renovado Museo Monográfico de Puig des Molins ofrece un recorrido por el tránsito hacia la muerte en la Antigüedad a partir de los materiales recuperados en las tumbas fenicias, púnicas y romanas de este enclave. Las campañas de excavación, iniciadas en 1903, han sacado de las sombras una fantástica colección de objetos y utensilios relacionados con los ritos funerarios como cerámicas, joyas, amuletos, escarabeos, monedas y figuras de terracota que permiten rastrear la evolución de estas curiosas creencias de los que habitaron esta isla hace años.

Los elementos funerarios de Puig des Molins se usaban en las distintas fases: preparación, acicalamiento y protección del cadáver. Dan fe de lo respetuosos que eran con sus muertos la multitud de piezas de joyería con piedras preciosas y oro, cerámica pintada de engobe, adornos personal y útiles de trabajo. La colección también incluye materiales de los tres principales santuarios púnicos: la cueva de Es Culleram, S’Illa Plana y Puig d’en Valls, que atestiguan la existencia de una organización religiosa con cultos sacerdotales en la isla. Se conservan torsos y figuras de la diosa Tanit, principalmente, entre las que destaca un busto femenino importado de Sicilia.

En el exterior del museo se puede realizar una ruta por el conjunto visitable de hipogeos, tumbas púnicas talladas a la roca que se introducen en el 500 a.C. Se encontraron un total de 3.000 hipogeos en la zona. Su extensión y excelente conservación la convierten en una de las necrópolis fenicio-púnicas más importantes del Mediterráneo, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

El conjunto de hipogeos cuyo interior puede accederse se conoce como hipogeos de la Mula, por haber sido descubiertos en 1946 de forma fortuita al hundirse una mula en uno de ellos. Esta fosa contiene varios sarcófagos repartidos entre las distintas cámaras que se comunican entre si, donde se han reproducido los esqueletos y ofrendas.

Esta visita permite hacerse una idea de los principales ritos funerarios de nuestros antepasados y de la importancia que tenía para ellos la muerte y el tránsito hacia el más allá.